A veces no se necesita más que un fuerte y sincero abrazo. Tal vez éste no borre las dudas, desaparezca el miedo, o cierre las heridas, pero, definitivamente, alimenta el alma y la prepara para encargarse de ellos.
Una simple mortal ha lanzado al inmenso mar de información un pequeño espacio dedicado a los sueños, a los miedos y a la esperanza. Qué importa de donde soy o como me llamo, lo importante va más allá de las letras y los números; al fin y al cabo somos una colección de experiencias, de personas, de sueños, de humores, de sentimientos, de todo eso que es tan difícil exponer ante los demás.
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