miércoles, 8 de marzo de 2006

Danke schön

Gracias, porque sin saberlo me ayudaste a sacarte al fin de mi vida. Sin ni siquiera darte cuenta rompiste el pequeño hilo de esperanza que aun te ataba a mi. El saberte ajeno me dolió, pero, más allá de eso, me ayudó a entender que ya no eres la persona a la que amé, que ahora eres otro, alguien desconocido, alguien a quien ya no vale la pena conservar en el corazón.

Gracias, porque me ayudaste a sacarme de la mente ese miedo a dejarte ir. Me abriste los ojos y al fin vi que no eres esa persona especial y única, con la cual poder compartir mis sueños y mi vida.

Siempre estarás en mi recuerdo como mi primer amor, como el hombre que me ayudó a derribar toda barrera y a descubrir los más hermosos sentimientos. Ahora puedo decir que se lo que es amar y ser amada, y, por eso, vivirás en mi memoria. Pero ya no lo harás como esa idea de futuro, ni como esa esperanza de que vuelvas, sino como una hermosa historia del pasado, como algo que fue y nunca más será.

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